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Liborio Noval - Fotógraf

28 de maig de 2002 a les 0:00

Liborio Noval está considerado uno de los grandes fotógrafos de la revolución cubana. Sus fotografías de Che Guevara, Fidel Castro y de los acontecimientos revolucionarios han dado la vuelta al mundo. Son documentos que forman parte de la memoria fotográfica de los últimos 40 años de Cuba.

Liborio Noval está considerado uno de los grandes fotógrafos de la revolución cubana. Sus fotografías de Che Guevara, Fidel Castro y de los acontecimientos revolucionarios han dado la vuelta al mundo. Son documentos que forman parte de la memoria fotográfica de los últimos 40 años de Cuba.
Durante el mes de mayo, Noval nos visitó invitado por la Agrupación Foto Cine Cerdanyola-Ripollet, con motivo de la Séptima edición de la Bienal Internacional
Fotográfica 2002. En esta visita a nuestra ciudad, el reportero fotográfico ha formado parte de los nueve miembros del jurado de la Bienal, ha expuesto sus fotografías en Cerdanyola y en el Institut d'Estudis Fotogràfics de Barcelona.
Han sido días intensos para un habanero que ha hecho de su vida la fotografía.


¿Qué piensa cuando le presentan como uno de los grandes fotógrafos de la revolución cubana?
Que soy famoso a mi pesar. Cuando empecé a trabajar en el periódico Revolución, no sabía que estaba haciendo historia. Ha sido más tarde cuando me he dado cuenta del valor que tienen esas fotografías. Es un sentimiento que comparto con el resto compañeros que forman parte de la denominada fotografía épica de la revolución cubana.

Un grupo en el que hay nombres como el de Raúl Corrales, Oswaldo Salas o Alberto Díaz, más conocido como Korda.
Todos ellos muy buenos reporteros fotográficos, aunque el nombre que más se ha conocido es el de Alberto. Korda era amigo personal. Cuando hizo la famosa fotografía del Che con el pelo largo y la gorra, no pensó que la imagen que él captó en el transcurso de una celebración, se iba a convertir en la más reproducida de la historia fotográfica.

¿Usted también fotografió al Che en diversas ocasiones?
La primera vez que lo traté fue en el año 1961. Le habían nombrado ministro de Industria y, pese a la importancia del cargo, los domingos realizaba trabajos voluntarios construyendo casas o realizando actividades para los más necesitados.

Algo impensable en nuestro país.
Tampoco el resto de ministros cubanos de la época lo hacían. De hecho, tuve que dejar de fotografiarlo mientras hacía el voluntariado porque, según palabras textuales del Che, los lunes en la reunión del Consejo de ministros todos le andaban "jodiendo".

¿Por qué?
Pues porque los domingos yo le acompañaba a trabajar y, una vez que finalizábamos nuestras tareas, me dejaba que le fotografiara. Así que los lunes, día del Consejo de ministros, sólo aparecía su fotografía en el periódico.

¿Usted que ha trabajado mano a mano con el Che, podrá decirme si es cierta la imagen que tenía de serio y de austero?
Al Che los periodistas le llamábamos, cariñosamente, "el argentino". Tenía un carácter más serio que el del cubano que, por naturaleza, es más jocoso. Mientras se trabajaba no permitía que nadie mariposeara, pero eso no significa que no fuera amable y educado. Era muy exigente consigo y con los demás.

Tal como habla intuyo que le tenía un gran respeto.
Para mí y para los cubanos sigue vivo en la memoria. También lo está para muchos otros que continúan utilizando la imagen que inmortalizó Korda.

De estar vivo, ¿qué pensaría el Che de la utilización que se hace de su imagen?
No le hubiera gustado. Él dejaba que le hicieran fotografías porque formaba parte del trabajo de otros, pero no quería que gastaras todo el carrete con él. Al Che no le gustaba ser el centro de atención.

Puede que con el Che no haya gastado muchos carretes, pero con Fidel Castro ya no debe llevar la cuenta.
Llevo 37 años trabajando para Granma, que es el periódico del órgano oficial del Partido Comunista de Cuba. Durante estos años he tenido que cubrir muchos actos oficiales y salidas al extranjero del comandante.

¿Al comandante le gusta que le hagan fotografías?
Él no se fija en cuántas fotografías le estás haciendo. Nunca posa y ni tan siquiera tiene una fotografía oficial como otros presidentes.

¿Es fotogénico?
Sí lo es. Korda decía que tenía un perfil griego porque en una ocasión, mientras estaba en Italia, vio una estatua griega que tenía el mismo perfil que Fidel Castro. La miró y exclamó: "¡Coño es una estatua Fidel!".

¿Está disfrutando en esta visita a nuestro país?
Mucho. Verá, el otro día estuve en las Ramblas de Barcelona, la animación que allí se respiraba me recordó a mi ciudad, La Habana. He tenido que viajar mucho pero siempre que vuelvo, lo primero que hago es pasear por el Malecón, mi pedacito de ciudad. Es un lugar en donde puedes sentarte en el muro de la bahía y, en las horas de más calor, impregnarte de la brisa que trae el mar. En el Malecón, los habaneros conversamos, paseamos a través de sus 8 kilómetros y nos enamoramos.